Las noticias de proyectos de ingeniería propuestos por Ayuntamientos, Comunidades y Estado en general están aflorando últimamente en los medios de comunicación en tal cantidad, que nos lleva a pensar la cantidad de dinero dilapidado. Duele, en los momentos actuales ver como un dinero que se podría haber invertido en otras cosas más útiles para la sociedad, termina utilizándose para ladrillos, hormigón y acero.

 

Proyectos sobrevalorados

 

No habría tanto problema construir semejantes estructuras y mamotretos sin uso útil siempre y cuando por lo menos se haya generado gran cantidad de "trabajo de calidad". Pero como eso no ocurre, se suma el gasto de dinero al gasto de mantenimiento y a la poca repercusión económica en la zona.

Ejemplo puede ser el puente de Cádiz, donde a parte de multiplicarse por mucho el coste inicial, resulta que encima a muchos trabajadores no se le ha pagado. ¿Y el dinero? Pues ya se encargarán de investigarlo, espero.

El dinero del pueblo debería de ir para el pueblo, con sentido común, en cosas útiles que repercutan en los habitantes de la zona, ya sea directa o indirectamente. En el caso del puente de Cádiz seguramente repercutirá económicamente en la zona, pero, ¿tanto como para recuperar la inversión? El tiempo dirá.

Y mientras escribo estas líneas, recuerdo una visita a un centro de interpretación en una capital de provincia, donde a parte de paredes de hormigón y cristal (las vistas eran muy bonitas a través de ellas) sólo habían cuatro paneles de cartón pluma pegados en las paredes y "cuatro" expositores (por lo menos estaban adaptados para discapacitados). Una millonada que en principio no repercutía en esa zona, salvo porque habían varias personas trabajando allí. Y a día de hoy, que yo sepa, poco se ha avanzado en ese lugar. Lo visitaré.

 

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